Clandestina es más que una marca de moda, es una comunidad que apuesta por vivir en La Habana. Una Habana que nos achicharra, llena de retos y complejidades pero que es la que nos ha tocado, y hay que vivirla al máximo porque nadie sabe lo que va a pasar mañana.
El pasado abril arrancamos con un nuevo espacio de producción creativa al que poco a poco le estamos dando forma. Pero ¿qué es?, ¿qué significa esto para un colectivo hiperactivo como el de Clandestina? y, sobre todo, ¿por qué justo en este momento?
Bueno, La Carpintería es el lugar donde las ideas y locuras que tenemos se materializan. Desbloquear este nuevo espacio es como propulsar el potencial creativo de la marca. Dotarla de un espacio físico para expandir y experimentar sus proyectos. Y es disponer, por fin, de ese lugar propio para hacer lo que nos dé la gana.
Clandestina tiene una energía creativa ilimitada y muy potente. Canalizarla es nuestra mejor arma y es algo que sabemos hacer muy bien. Llevamos años conquistando otros espacios, haciendo fiestas y eventos donde creamos experiencias únicas que unen al diseño con otros universos artísticos. La Carpintería es ese espacio propio donde estamos ensayando y experimentando a tiempo real con otros universos creativos, atravesándolos de nuestra venenosa y adictiva arma que es el diseño.
Los primeros esfuerzos los estamos enfocando en reconocer la escena emergente musical y dotarla de un espacio físico donde puedan darse a conocer. Les acompañamos no solo en el espacio, en el diseño de arte y acogiendo a sus comunidades, sino también los estamos trayendo a nuestro terreno, al del diseño, generando para ellos imágenes propias que sus seguidores y fans pueden consumir.
El espacio también está acogiendo proyectos de modelaje, yoga y de activismo social. Es un espacio para el barrio, también para las distintas comunidades que a través del arte y el diseño soportan y sustentan mensajes que ayudan a mejorar su calidad de vida, su aceptación e integración.
Nuestro compromiso siempre ha sido con el hoy, con el ahora, poniendo nuestra cabeza en disfrutar lo que tenemos, venga lo que venga después. Y ahora es cuando tenemos que mover la bola en La Habana. Ahora es cuando tenemos que apostar por nosotrxs mismxs y creer en que hoy va a ser nuestro mejor día. Y con esa idea, echarnos para la calle y empezar a crear cosas bonitas, con flow, que nos llenen los corazones y nos alejan de todas las pendejadas que nos rodean.